Una foto que seguro que has visto por internet o quizás en la televisión o algún periódico es esta:
La trágica fotografía muestra uno de los corredores con sus piernas muy destrozadas siendo trasladado a toda velocidad para recibir asistencia sanitaria, pero... ¿Te has fijado en el hombre del sombrero? Pues bien, fíjate en él porque es nuestro protagonista y héroe de hoy.
Nuestro héroe se trata de Carlos Arredondo y al contrario que mucha gente, él arriesgó su vida yendo hacia la zona de la explosión nada más ocurrida esta para salvar y ayudar a las victimas.
Su vida precisamente no fue un camino de rosas, en 2004 un hijo de Carlos, marine, destinado en la Guerra de Irak resultó muerto. Carlos sumergido en una depresión decidió rociar su furgoneta con gasolina y suicidarse prendiéndola fuego con una antorcha de propano desde dentro. Más tarde, otro hijo de este héroe americano, también fue enterrado por su padre al haberse suicidado ya que no había podido soportar la muerte de su hermano.
Nuestro amigo Carlos sobrevivió sorprendentemente a su intento de suicidio y después de no haber conseguido quitarse la vida empezó a dedicar su tiempo al activismo por la paz pudiendo encauzar su dolor en un camino de positivismo.
El chico afectado por la tragedia, el cual se sabe que se llama Jeff, que observamos en la silla en la primera foto, Carlos le aplicó un torniquete en la pierna y probablemente gracias a esta técnica para evitar hemorragias excesivas sabemos que Jeff puede seguir con vida, aunque por ahora hospitalizado.
Hoy le dedico esta entrada a las víctimas de esta desgracia entre las que se encuentra un chico de ocho años que ha muerto a pesar de su inmensa inocencia del mundo. También se la dedico a la gente que como el héroe Carlos Arredondo, ha luchado contra viento y marea, retando a la vida y ofreciendo su propia integridad y vida por salvar la de otros.
1 Minuto de silencio por los fallecidos, 1 muestra de apoyo y respeto por las víctimas. D.E.P.
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